domingo, 23 de febrero de 2014

Desesperación - Texto recobrado dos veces

"Pala es una herramienta, un instrumento. Abra es una forma del verbo abrir. Por lo tanto, la palabra es, al mismo tiempo, instrumento y puerta."
Ziraldo


Eso que está en la punta de la lengua, lo que se pensó, pero no se dijo; lo que se escribió, pero no se mandó; lo que quedó para siempre en casi, por que no se pudo.
"Como los besos que nos quedan en la boca", los mails no enviados. Las cosas no dichas. O las palabras que de pronto se encuentran, incluso cuando parece imposible.

“Bruscamente, mi madre nos mandaba callar. Su rostro se alzaba. Su mirada se alejaba de nosotros, se perdía en el vacío. Su mano se extendía sobre nosotros en medio del silencio. Mamá buscaba una palabra. Todo se detenía de pronto. Nada más existía de pronto.
Abstraída, lejana, intentaba, con la mirada clavada en nada, centelleante, que la palabra que tenía en la punta de la lengua volviera a ella en el silencio. Nosotros también estábamos en el borde de sus labios. Estábamos al acecho, como ella. La ayudábamos con nuestro silencio, con toda la fuerza de nuestro silencio. Sabíamos que haría volver la palabra perdida, la palabra que la desesperaba. Daba una voz, alucinada, con su masa vacilante en el aire.
Y su rostro se serenaba. La encontraba: la pronunciaba como un prodigio. Era un prodigio. Toda palabra recobrada es un prodigio." escribió Pascal Quignard.

Las palabras. Su presencia. Su falta.
Recobrar. Perder.
La palabra  atragantada hace herida, y tal vez mata. 
Pero, también  puede ser asesina la palabra dicha.

¿Entonces?

La desesperación por las palabras, siempre.



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