Llueve sostenido desde ayer.
Dicen que llovió en un rato más
que lo que suele llover en todo un mes.
No es hablar del clima. La lluvia siempre es otra cosa.
Afuera no pasa nada. Nadie pasa
Estoy sola y me fabrico incomodidades, dolores innecesarios, llantos
inconclusos.
Trabajo, me distraigo, vuelvo a trabajar. Me cuesta con el nudo
atravesado.
Lo llamo y le pido que me abrace.
Él me dice “bonita, ni bien llegues de dar clase, en casa”.
Yo digo ahora. El dice “no se puede, estoy lejos y con mucho laburo”.
Mientras, sigue lloviendo adentro y
también afuera. El problema de las casas viejas.
Pero el peor llanto es ese que no
llueve, ese que no nombro.
Ese llanto me perfora.
Ese llanto me perfora.
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